domingo, 2 de diciembre de 2007

Sobre Peneado

Un hombre, que había acusado a un grupo de canas bonaerenses por corruptela, recibió un sobre con una sorpresota: un pene de un perro seccionado.

La carta vino acompañada con una nota en la que lo amenazan con apuntarle su miembro viril, si seguía denunciando a los policías.

La carta-chota fue dejada en el buzón del señalador en su casa de San Isidro. Aunque luego del incidente, el denunciante recibió unas llamadas intimidadoras en la que le advertían: “Te vamos a pasar por la maquina de carne”.

Sin embargo, el buchón habría confundido la sorpresota con un consolador que pidió al sex shop.

Sólo después de desgustarlo, por todos agujeros corporales, el tipo describió a los gritos el objeto deseado: “O por dios mirá que grande”.