Un padre, que salió alcoholizado para atrapar al violador de su hija, fue asesinado de tres disparos por la policía.
El hombre estaba deprimido por lo que le había pasado a una de sus hijas, empezó a tomar alcohol y decidió buscar al responsable del abuso de su nena con un cuchillo en la mano.
El oficial no dio la voz de alto, disparó por la espalda y el último tiro le pegó en la cabeza.
En el testamento, escrito bajo los efectos de los drinks, el padre escribió su última voluntad:
Por una cabeza,
de un noble vinito,
si mi hija entrega, yo salgo con el cuchillo.
domingo, 14 de octubre de 2007
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