Un comisario belga de una comuna de Bruselas pidió mediante una circular que sus hombres se abstengan de ir a burdeles y de beber alcohol durante las horas de servicio.
Esta cagada a pedos para los policías fue porque mientras el comisario Renard estuvo ausente por problemas de salud, los uniformados escabiaron y se fueron de putas todas las noches.
“Algunos agentes piensan que las horas de servicio sirven para emborracharse en bares, frecuentar burdeles o casas de masaje y mantener relaciones íntimas durante su patrullaje”, escribió Renard en la circular.
Después de que esto salga a la luz, las mujeres de los canas entendieron porque cuando sus maridos llegaban a sus casas no querían tocarlas ni con un palo.
“Algo sospechaba yo. No podía ser que nunca tuviera ganas de coger. Y yo como una pelotuda yendo a la peluquería a ponerme linda para este hijo de una gran puta” declaró Marita, la esposa de uno de los policías.